Rubén Flores

Archive for julio 2021|Monthly archive page

Ya nos hicieron la chamba

In Narrativa on julio 20, 2021 at 2:16 pm

Hay una queja frecuente entre los libertarios, llamarse «libertarios» es la culpa de «la izquierda» que «nos ha robado» el vocablo liberales. Ganas de quejarse, si me permiten explicarles.

Vamos a re-enfocar el tema. Lo que llamamos izquierda es un conglomerado de corrientes políticas por encima de ideológicas que carga un costal de lenguaje precioso mezclado con intenciones terribles. Junto a paz, ponen «a través del aplastamiento ideológico» por que sólo se puede lograr la paz si todos pensamos igual, nos insisten y nos marchan por enfrente para explicarnos muy bien el concepto. Junto a justicia le agregan «social» para que sea obligatorio el dejo de culpa y la necesidad de una élite intelectual que, nos explican paternalmente, es la única capaz de hacer la repartición justa —para ellos primero— esa tan anhelada justicia, que extrañamente siempre es dinero; y que repartirán arrébatándosela de las manos a quien sea que la tenga aduciendo las más disímbolas razones y cambiando su discurso cuántas veces sea necesario (pero ese será otro post a futuro, pero por lo pronto recuerden que tuvieron que agregar «pequeño» a «burgués» para lograr su primera «revolución»).

Les decía que ya nos hicieron la chamba, aunque no toda.

Y probablemente no la hicieron ellos sino un tal Gramsci, autor que prometo leer a fondo, pero que todos están de acuerdo que sentó las bases de la batalla cultural tanto como Sun Tzu sentó las bases de la guerra o Maquiavelo las bases del poder. Es decir, con el mismo cinismo.

Pero no contaba con nuestra astucia. En su costal ha colocado todas las bases de los anhelos de la gente. Justicia, libertad, vida, calidad de vida, dignidad, rechazo a la pobreza. Nuestra chamba no está en explicar que lo bueno es bueno, sino en resignificar (significar, que el «re-» no deja de ser un pleonasmo cuando se trata de símbolos y significados) todos esos conceptos desde la ética de la individualidad y el humanismo.

No se trata de pelear cada concepto desde su semántica sino explicar que, si bien no somos aún una sociedad madura y que nos queda un rato de ajustes (que sí o sí van a ser dolorosos), aspiramos a serlo y que eso sólo sucederá si le quitamos al colectivismo a ese papi que nos lleve de la mano y nos explique todo y los vayamos sustituyendo por responsabilidad individual y colectivos sine qua non naturales y voluntarios.

Es cierto que nos arrebataron muchos vocablos. Pero en realidad su costal es un caballo de Troya. Nos han ayudado a desperdigar esos valores por el mundo y aunque queda mucho por hacer, ya no necesitamos explicar muchas cosas. Solo restar al estado.

Hasta la próxima.

El presidente duerme

In Libertario on julio 9, 2021 at 1:13 pm

Corre ese rumor.

Que el presidente, terminada su cosa esa que hace por las mañanas, mezcla de homilía, dictado de de agenda a medios huevones y lucha contra molinos de viento; que terminando eso se va a dormir. Que su salud física y mental no dan para mucho más el resto del día.

Teorías de conspiración y propaganda. No, seguramente no es así. Seguramente se va a dormir a las 8pm y necesita propofoles o clonazepames para que no lo persigan demonios hasta que a las 5 de la mañana le cambian el pañal, le avisan en qué día de la semana vive y lo ponen al tiro para empezar a despotricar… Otra vez.

Pero este post no va de eso.

¿Qué pasaría si al presidente (no a este, al que sea), verdaderamente, una vez ganada su elección lo pusiéramos en un coma inducido de 6 años?
El que fuese elegido para el cargo (seguramente ya no por elección, sino por sorteo) sería informado, recogido por un comando armado y colocado en una celda hasta el día del cambio de gobierno, en que se despertaría al presidente anterior, se le permitiría conocer (y asustar, probablemente) al presidente entrante y, finalmente, en una ceremonia parecida a la de la eutanasia en Soylent Green, se ponga a dormir al que será responsable del destino del país los próximos 6 años.

¿Pero cómo que será el responsable?

Pues eso, en un contrato quedará especificado que el señor que quede comatoso y/o criogenizado es el responsable del poder ejecutivo y tendrá un par de días para sugerir a su gabinete las acciones que deberían guiar su actuar. Y ya.

Al concluís sus seis años, tendrá una semana de vacaciones en Cancún y luego se procederá a su juicio. (Por que ahuevo que todos terminarán en juicios de responsabilidades).

Y ahora lo interesante, hablemos de las consecuencias.

Como el presidente no puede hablar, (mucho menos hacer mañaneras), no la puede cagar. Aún así, sus achichincles sí pueden, y seguramente lo intentarán. Pero, como ya no hay un poder por encima de ellos que los proteja, será más fácil fincarles las responsabilidades penales y civiles correspondientes. Y una vez establecida esa responsabilidad, el comatoso presidente es corresponsable de los actos de sus subalternos. ¿No es eso una maravilla? Toda la responsabilidad y nada del poder. Como debe ser.

¿Pero quién dirigirá al país?

¿A poco el que está ahora dirige algo a algún lado? Sí, pero no. No primordialmente. Tiene que distraerse en ir a Nayarit, arreglar las cagadas de la esposa, escoger su traje de mañana, revisar que las empresas de los hijos vayan como deben, que los reporteros no le estén intentando abollar la corona, pensar en un sucesor, pelearse con gobernadores… No, sí debe ser muy cansado. Pero no es efectivo.

Para hacer valer el estado derecho, ejecutar las leyes, que es lo que hace el ejecutivo, no se necesita hacer mucho. Basta con estar comatoso y aceptar las responsabilidades que resulten de ello.

El legislativo trabajará menos, tal vez a través de votaciones per proxy. El poder judicial descargará gran parte de su labor en juzgados privados encargados de hacer las conciliaciones necesarias y ejecutar las sanciones apropiadas y menos onerosas para el resto.

Las empresas se podrán negar a dar sobornos para «el de arriba» que nunca sabemos que tan arriba llega, pero siempre queda la ominosa posibilidad de que sea «el de mero arriba». Los poderres ejecutivos de municipios y estados quedan descobijados de que haya un señor enriqueciéndose y repartiendo migajas. No, ese señor ya no tiene poder. Y ellos tampoco.

No, ¿pero quién se va a encargar de que el país mejore?

Tú, yo… Los mismos de siempre.

Nos va a tocar cuidar a los nuestros procurando no joder a los demás y no dejar que nos jodan

(Este ejercicio de especulación no pretende ser la solución a nada, es sólo eso, una especulación; ni aplica retroactivamente a ningún presidente)